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miércoles, mayo 10, 2006

Adopción. Adaptación. Causas y manifestaciones de un apego inseguro


Adopción. Adaptación. Vínculos, Apego

Esta es la cuarta entrega del artículo de Apego y Adaptación de niños adoptados.

Aqui el autor habla de resultados objetivos sobre estudios que se han desarrollado con poblaciones de familias adoptivas y no adoptivas, donde aparecen datos por lo menos curiosos, que sacan a relucir tópicos que ya conocíamos, y otros que no tanto.

Habla sobre causas que pueden generar problemas de adaptación, así como estereotipos de personalidad en niños adoptados y familias que han tenido problemas de adaptación. Este último punto es muy recomendable para que nos autoanalicemos un poco como familia y corrijamos aquello que a lo mejor no estamos haciendo tan bien.

Volvemos siempre a lo mismo; el niño debe ser el centro de nuestra atención, y debemos comprender sus reacciones sin por ello ofendernos ni pensar que es algo que él tiene en contra nuestro.

Empatía, éso es lo que nos hace falta, empatía!!.

Vale la pena porque aporta datos objetivos.

Este artículo es el que sigue a: http://hoyelmejordia.blogspot.com/2006/05/adopcin-adaptacin-apego-rompiendo.html

-------------- Inicio del artículo --------------------------

4ª parte : Diferencias en la adaptación de Niños adoptados en forma temprana y tardía

El caso de los niños adoptados mas allá de los primeros 6 o 7 meses de vida, es cualitativamente diferente de los adoptados tempranamente. Si bien en ambos casos el abandono existe, es sólo en los niños que son adoptados tardíamente en los que este hecho adquiere mayor relevancia por constituir una experiencia altamente perjudicial para su desarrollo posterior. En estos casos, la experiencia de abandono ha sido prolongada, y al momento de ser adoptados, los niños ya cuentan con un grado de daño emocional que será importante para la configuración de los vínculos que establezca.

Dossier y Stovall (en DeAngelis, 2000), llevaron a cabo un registro diario de la interacción de 10 madres adoptivas y sus hijos, encontrando que los niños adoptados después de los 8 meses presentaban mayores problemas para un apego seguro, aún cuando la madre presentara un patrón de conductas seguras para el apego. Los niños presentaban dificultades en el apego progresivamente más severas mientras mayor era la edad en que habían sido adoptados. Asimismo, los autores encontraron que aquellos niños cuyas madres respondían de manera acogedora en cualquier circunstancia, aún ante el rechazo o pataletas, mostraban un apego más seguro. Las observaciones indicaban que este tipo de madres resultaban de alguna forma “terapéuticas” para estos niños.

Por otra parte, Yarrow (1965, en Singer, Brodzinsky y Ramsay,1985) describe en una investigación longitudinal de niños separados de sus padres biológicos y adoptados mas tarde, que todos los niños separados después de los 6 o 7 meses de sus padres biológicos mostraron evidencia de desajuste socio emocional. Longitudinalmente, un seguimiento a diez años indicó que todos los niños separados después de los seis meses seguían presentando signos de problemas psicológicos, en especial en la capacidad para establecer diferentes niveles de relación con otras personas. Este autor plantea que cuando la adopción y ubicación del niño se lleva a cabo después de los seis meses, los niños adoptados pueden manifestar problemas en el establecimiento de relaciones socio emocionales seguras con sus cuidadores y otras figuras significativas en sus vidas. De hecho, el estudio de Singer y cols. sólo incluía niños adoptados tempranamente, antes de los 8 meses de edad. Apoyando esta idea, Chisholm (1998, DeAngelis, 2000) en un estudio longitudinal de tres años, comparó niños que habían pasado al menos ocho meses en un orfanato antes de ser adoptados, con niños adoptados a los cuatro meses, y niños no adoptados. Los resultados indicaron que los niños adoptados mas tardíamente mostraban mayor inseguridad en su patrón de apego que los otros dos grupos. El 52% mostraba un patrón atípico/inseguro, en contraste con un 17% de los niños no adoptados y un 11% de los niños adoptados tempranamente. Otro aspecto en donde se encontraron diferencias fue en la menor “selectividad” que presentaba el grupo de adopción tardía con respecto a la elección de amistades, conducta que se incluye dentro de los criterios de un “trastorno reactivo de la vinculación” (DSM- IV) (APA, 1994).

Estos hallazgos confirman los planteamientos de Bowlby, (1951 citado en Hermosilla 1989) quien al referirse a la falta de cuidados maternos planteaba que había 3 clases de experiencias infantiles que pueden generar una alteración de la personalidad :

1ª Falta de oportunidades para formar el lazo materno-infantil en los tres primeros años de vida.

2ª Carencia emocional o falta de amor de la madre durante un período limitado de 3 a 6 meses en los dos primeros años de vida.

3ª Cambios de figura materna durante el mismo período.

Este tipo de personalidad se caracteriza de acuerdo a Bowlby por los siguientes elementos.

1.- Relaciones humanas superficiales
2.- Carencia de sentimientos e imposibilidad para formar nuevas amistades.
3.- Inaccesibilidad
4.- Falta de respuesta emocional apropiada acompañada de despreocupación.
5.- Engaño, mentira y evasión, frecuentemente sin sentido.
6.- Frecuentemente presencia de conductas agresivas que se presentan desde las formas más ligeras de negativismo o burla, hasta las más severas de delincuencia.
7.- Con frecuencia presencia de un amplio círculo de pseudo amigos.
8.- Con frecuencia despiertan agresividad en quienes los cuidan.
9.- La actividad en grupo está limitada por la imposibilidad de soportar frustración de estos niños.
10.- Marcada distractibilidad.
11.-Posibles actos de tipo antisocial como resultado de las características antes enunciadas.

Peters, Atkins y McKay (1999), plantean algunos factores que pueden influir en la posterior adaptación del niño que es adoptado, entre los que podemos mencionar:

a.- Factores “biosociales”:

Los padres que dan a sus hijos en adopción tienden a ser menores que los padres casados en el momento del nacimiento del primer hijo, lo que puede de alguna manera poner al niño a adoptar en mayor riesgo durante la gestación; también estos padres tienden a ser más ambivalentes en sus sentimientos hacia el embarazo, lo que crea mayores posibilidades de que se vean involucrados en conductas de riesgo para el bebe; asimismo, las madres tienden a recibir menos cuidados adecuados durante el embarazo.

Para Lieberman y Whipple (1997), los padres adoptivos son diferentes de los padres naturales en al menos tres aspectos:

a.- Son mayores que los padres biológicos,
b.- Por lo general están altamente sensibilizados a los problemas del desarrollo de los hijos y
c.- Conocen las redes de apoyo, como resultado del estudio del que han sido objeto.

b.- Patogénesis del proceso de adopción:

b.1.- La adopción como un proceso de pérdida

La adopción es un proceso que implica pérdidas, y por lo tanto exige duelos adecuados para tales (Brinich, en Brodzinsky y Schecter, 1990). El niño pierde la fantasía de haber sido siempre deseado. Los padres adoptivos pierden su visión de sí mismos como fértiles, y pierden al niño imaginario concebido en sus fantasías. Los padres biológicos pierden un niño real que es reemplazado por fantasías que no podrán ser contrastadas con la realidad. Cada una de estas pérdidas requiere ser reconocida como tal y por lo tanto exige ser resuelta.

b.2.- El proceso de adoptar:

En general podría pensarse que como grupo los padres adoptivos presentan características positivas “por encima del promedio” (Lieberman y Whipple, 1997). Sin embargo, estas características protectoras se ven perjudicadas por algunos de los procesos por los que pasan al negociar con el sistema, comenzando por el sistema de salud y los variados intentos y fracasos por procrear. Muchos de estos padres tienen un sentimiento de fracaso personal, inadecuación y frustración. El proceso de adoptar es estresante, requiere paciencia, acuerdos; y por lo general exacerba las inseguridades que todos los padres presentan.

c.- Efectos a largo plazo de una niñez perjudicial previa a la adopción

Muchos niños que son dados en adopción han sufrido traumas por eventos en sus familias de origen, en los hogares de menores, o por múltiples cambios de un hogar a otro. Si bien a la mayoría de los padres creen que con el cuidado y el amor que le brindarán al menor éste podrá recuperarse, por lo general esto no resulta cierto (Attachment Center, 2000). Es importante que los padres adoptivos cuenten con información adecuada con relación a las posibles dificultades que el niño pueda venir arrastrando, así como con la formación que les permita afrontar de manera adecuada los problemas potenciales, cosa que no siempre ocurre.

Es importante mencionar, el llamado “lazo imaginario”. Este fenómeno ocurre cuando los niños, que no tienen una memoria consciente de sus padres biológicos, continúan teniendo el deseo de encontrarlos, con la esperanza, sueño o fantasía de que si su madre biológica supiera en donde se encuentra, ella podría venir por ellos. Además de anhelo, desarrollan la creencia que deben conservar el amor por su “mama real”. Esta tendencia de los niños a conservar este cariño puede dificultar su adaptación a su hogar adoptivo, aumentando sus sentimientos de abandono y reafirmando la creencia de que solo sus padres biológicos podrían quererlo (Attachment Center of Evergreen, 2000).

d.- Relaciones padre hijo

Las dificultades de compatibilidad entre padres e hijos pueden ocurrir con mayor frecuencia en las familias adoptivas que en las familias biológicas, ya que los padres adoptivos por lo general son menos parecidos a sus hijos
(Brodzinsky y Schecter, 1990). El impacto de esas diferencias puede ser profundo, en especial cuando los padres tienden a disminuir la importancia de la herencia biológica del niño y comportarse como si el niño fuera su hijo biológico (Kirk, 1985)

Las familias adoptivas tienden a presentar errores atribucionales. Entre ellos, se pueden mencionar:

o Atribuir preferentemente la conducta de los niños a un factor disposicional (“por que es adoptado”) mas que a factores situacionales importantes (como la dinámica familiar)


o Tendencia de los padres a desligarse de la propia responsabilidad por la conducta de los hijos, con el fin de mantener una autoimagen positiva (“si me permitieron adoptar, debo ser buen padre, por lo tanto es un problema del niño”).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Comparto las ideas que se exponen por entero en este escrito. Soy madre de un hijo adolescente adoptado a los 6 años en otro pais. La dificultat mayir es la relación entre iguales y sobretodo en el centro escolar IES donde esta escolarizado. Hace falta concienciación i sensibilización por parte de muchos educadores, además de preparación previa para traballar con algunos alumnos adopstado.
Carmen

Anónimo dijo...

Anonimo.
Esta informacion es muy valiosa para las personas que desean adoptar soy de Mèxico un pais que tien muchas trabas para dar niños en adopciòn yo adopte una niña de 10 años y el proceso de adaptacion de la niña no se ha podido dar hemos sufrido mucho la familia y ella porque todas las conductas que marca Bowlby en este block se presentan en mi hija que ahora esta a punto de cumplir los 15años que doloroso ha sido para todos este proceso de adopciòn yo no tuve esta informacion sino todo hubiera sido diferente.

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