El 100% de lo que recaudemos con estos anuncios lo dedicaremos a fines relacionados con la adopción

viernes, mayo 12, 2006

Adopción. Adaptación. Efectos reparatorios del apego


Adopcio, Adaptacion , Apego

Esta es la 5ª entrega sobre apego y vinculos afectivos.

El autor presenta los resultados de unos estudios que se han hecho con dos grupos de familias,uno que ha tenido problemas de adaptacion y otro que no tantos, e identifica aquellos aspectos que diferencias ambos grupos, y que por tanto podría suponerse que son la causa del éxito o el fracaso.

La conclusión es optimista pues concluye que no hay nada irreversible y por tanto siempre hay esperanza para que aquellos niños que han pasado episodios complicados en su vida antes e ser adoptados puedan adaptarse a su nueva familia.

Lo mas importante es que un niño, por problematico que sea, por una infancia previa a la adopcion dificil y que ha sufrido falta de cariño y amor, siempre estara mejor en una familia adoptiva que en una institucion. De ahi el titulo de "efectos reparatorios"

La siguiente y ya ultima entrega de esta serie de artículos sobre paego y vínculos afectivos, tratara de las condiciones que tenemos que cumplir para minimizar el riesgo de fracaso en la adopcion de niños "mayores".

Este artículo proviene de : http://hoyelmejordia.blogspot.com/2006/05/adopcin-adaptacin-causas-y.html

"
5ª entrega - Efectos reparatorios de la adopción

La adopción puede tener los efectos terapéuticos que tiene toda relación humana profunda, al permitir que se establezca un vínculo estable con una o más figuras no rechazantes.

El niño inserto en una familia acogedora, vinculado a sus padres, recobra un espacio que le permite establecer nuevos vínculos, repitiendo ahora un patrón de vinculación sano. La familia permite el ensayo de los diversos roles en un espacio protegido, seguro, y el ensayo implica la asimilación de experiencias buenas y malas, pudiendo aprender de ellas, repitiendo las buenas e inhibiendo los factores que produjeron las malas. Y así la adopción cumple su real función, que es la de permitir a los niños y a sus padres tener una familia, una familia de verdad, que difiere de las biológicas en la manera de ser conformada, pero no en sus funciones.

En resumen la adopción cumple un papel importante para el buen desarrollo psicológico de un niño, cuando permite que se establezca una relación vincular de amor. La adopción exitosa es la que constituye un remedio a las lesiones de un niño abandonado, y la adopción frustrada constituye para el niño una nueva lesión grave, de la cual la experiencia nos dice que no se recobrará jamas completamente (Soule, 1964, citado en Hermosilla 1989).

Alfred Kadushin (1979) fue uno de los interesados en el tema y realizó un estudio de seguimiento de la experiencia de niños adoptados, cuyas edades, al momento de la adopción, oscilaban entre los 5 y los 12 años de edad. La muestra estaba conformada por 91 familias. Los criterios para el resultado desarrollado fueron un puntaje de satisfacción parental en la experiencia adoptiva y la relación de satisfacción e insatisfacción expresado por los padres en una entrevista.

Dentro de los antecedentes familiares de estos niños se encontraban situaciones de negligencia y/o abuso. Provenían de familias de 5 o más hermanos; durante su infancia habían vivido situaciones sociales de deprivación; los padres de estos niños poseían en general un bajo nivel escolar y era considerable la presencia de patologías como promiscuidad, deficiencia mental, alcoholismo y psicosis.

La principal conclusión del presente estudio fue que en todos los casos estudiados, aún frente a los antecedentes de estos niños, el reporte de los padres fue positivo, en términos de que el niño era más normal y realizaba menos conductas desadaptativas, lo que el autor denomina “reversibilidad del trauma” (Kadushin, 1979).

De acuerdo a los resultados obtenidos en este estudio, este autor plantea que las deprivaciones sociales y emocionales pueden ser condiciones necesarias para un posterior desajuste, pero en algunos casos no serían condiciones suficientes. En estos es de vital importancia aquella dotación genética que el niño posee y junto a esto, la capacidad de la familia adoptiva para generar condiciones que faciliten un adecuado desarrollo.

Según Kadushin, ha existido una sobrevaloración del pasado con respecto al presente. Su posición es que en el caso de niños mayores adoptados, el presente sería una fuerza que contrapesa el pasado (Kadushin, 1979).

Otras experiencias más recientes entregan resultados distintos en poblaciones de características diferentes.

Ried, Kagan, Kaminsky y Helmer (1987), examinaron la experiencia de adopción desde el punto de vista de los padres y trabajaron con niños institucionalizados mayores con serios problemas emocionales y conductuales.

La muestra del estudio consistió en 55 padres quienes adoptaron legalmente un niño, pero sólo 26 de ellos aceptaron hacer entrevistas de seguimiento.

El 62% de los jóvenes eran varones. La edad promedio era de 17 años. Más de la mitad de los casos tenían historia de abuso en sus familias biológicas; más del 80% historias de negligencia. El promedio de edad de la primera colocación en el sistema de cuidado (foster) era de 5 años. Ellos habían experienciado un promedio de 4 colocaciones foster o institucionales y habían pasado 6 años en cuidado en su primera colocación adoptiva. En un tercio de los casos esta primera colocación adoptiva no resultó en adopción. Su edad promedio a la colocación en la familia adoptiva fue de 11 años.

En su mayoría, los niños presentaban al momento de la adopción problemas de agresividad física y verbal con pares y adultos, destrucción a la propiedad, robo, desafío a la autoridad y un retraso en su escolaridad de por lo menos dos años.

Los datos de seguimiento mostraron: Un grupo de niños con muchos problemas con mediana 12 y un grupo de niños con pocos problemas con mediana 3.

Los varones presentaban mayores problemas, ya que en el grupo de altos problemas había 11 personas y 5 en el de bajos problemas. En el caso de las mujeres, sólo 2 había en el grupo de altos problemas y 8 en el grupo de bajos problemas.

Con respecto a la percepción de cambios desde la colocación, en el grupo de altos problemas, sólo un padre indicó que el joven estaba mejor: 6 indicaron que no había cambios y 6 dijeron que el joven estaba peor. En el grupo de bajos problemas 8 padres dijeron que el joven estaba mejor, 4 que no había cambio y 1 que estaba peor.

También se evaluó la flexibilidad en la disciplina, encontrándose que los padres de los jóvenes con altos problemas mostraban baja flexibilidad (10 padres) y sólo 3 alta flexibilidad. A la inversa se presentaron los resultados en el grupo de bajos problemas, ya que 2 padres presentaron baja flexibilidad y 11 alta flexibilidad.

Otro aspecto evaluado fue la ayuda de parientes y amigos, encontrándose diferencias en ambos grupos ya que el grupo de altos problemas contaba con un promedio de 2,16 personas y el grupo de bajos problemas contaba con un promedio de 4,15 personas.

En la evaluación que hicieron los padres de la ayuda que les prestó el servicio de adopción, los padres del grupo de altos problemas indicó bajos puntajes de ayuda en 11 padres y altos puntajes en 3 padres. Nuevamente a la inversa del resultado anterior, en el grupo de bajos problemas, sólo 2 padres puntuaron baja la ayuda del servicio y 11 la puntuaron alta.

El análisis cualitativo acerca del estrés familiar en la experiencia de adopción arrojó los siguientes resultados: en el grupo de altos problemas el mayor estrés era tratar con la conducta extrema del niño en el día a día.. A través del tiempo la mayoría de esos niños, llegaron a ser verbal o físicamente abusivos con los adultos y sus padres, desafiantes, destructivos de la propiedad e involucrados en robo. 7 de los 13 niños adoptados tensionaron a sus padres por escaparse de la casa. Muchos de los padres de este grupo se sentían incapaces para resolver los problemas con su niño. Varios indicaron que necesitaban entrenamiento especial en habilidades parentales. Comentarios como " lo estamos tolerando hasta que cumpla 18" revelan la frustración de esos padres encarados con la experiencia adoptiva.

Las familias con los niños de bajos problemas encontraron que la experiencia adoptiva era menos tensionante ya sea porque las conductas de los adoptados eran menos extremas, o habían mejorado a través del tiempo. Los padres de este grupo identificaron conductas problema como acting out en el colegio o en la casa. Ellos se sentían capaces de resolver los problemas con su niño. Se refirieron a sentimientos de sentirse manipulados por el niño, a las necesidades inusuales del niño de reasegurar el amor parental y a la capacidad para vivir independientemente cuando fuesen adultos.

En general los padres adoptivos encontraron que la parte más difícil del proceso de adopción fue 1) su longitud y complejidad y 2) un cúmulo de expectativas no cumplidas. Más de un tercio de las familias adoptivas encontraron que los períodos de espera eran tensionantes y productores de ansiedad. Respecto de las expectativas no cumplidas un factor señalado en 8 familias se refirió a 3 tipos de expectativas: 1) referentes a la personalidad del niño, 2) referentes a la mejoría conductual del niño y 3) referentes a la reciprocidad del cariño con el niño.

Algunos padres sintieron que habían recibido información inadecuada de la historia del niño y de la severidad de sus problemas de conducta. El niño "no era lo que nosotros esperábamos". Otros se sentían "fracasados" a causa de que su amor no había cambiado al niño. Finalmente algunos se sentían heridos de que su niño no les devolviese su amor. Algunos padres sugirieron actividades precolocación para dar a los padres expectativas más claras de lo que significaba la adopción de un niño mayor. Una madre comentaba que no tratar de ser "el padre" sino verse a sí misma como un subrogante habría facilitado el proceso para ella.

El estudio añade una nota precautoria, que es que la hipótesis de la reversibilidad, planteada por Kadushin, puede no sostenerse verdadera después de una cierta edad adoptiva, o después de abuso, negligencia, colocaciones múltiples y pérdidas múltiples que fueron experienciadas por los niños.

En este estudio los hallazgos sugieren que la noción de "permanencia", puede necesitar ser repensada, al menos como se aplica a las adopciones de niños mayores con perturbaciones. Por una parte la tendencia a igualar permanencia con adopción legalizada, debiera ser críticamente examinada. Una clase diferente de rol parental puede ser necesitada, es decir, uno en que los padres se vean a sí mismos como "subrogantes" o "padres profesionales" quienes ayuden a los niños y adolescentes a moverse a establecer vidas independientes viables, y no esperar que el niño sea " de su propiedad" en un sentido emocional.

"

No hay comentarios:

Sobre la propiedad intelectual: toda la información que hay en este blog ha sido extraí­da de internet de forma pública. Si hay alguna información que te pertenece y crees que no debe estar, nos lo pides e inmediatamente la retiraremos.