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martes, marzo 18, 2008

Adopcion. Quiero saber quién es mi "padre"


Adopción. Postadopcion. Adaptación. La Espera

Como viene la Semana Santa, siempre es bueno tener un poco de literatura, así que ahí va el segundo artículo para estas vacaciones.
Este artículo apareció el 17/03/2008 en el diario el país , y nos habla de cómo la ley de adopción internacional velando por los derechos de los niños, reclama que los hijos adoptados tienen total derecho a encontrar sus orígenes.

Esto a los padres adoptivos no nos resulta en absoluto excepcional, pero el artículo se pregunta si debería extenderse este derecho no sólo a los niños adoptados sino también a todos aquellos niños que han sido concebidos con el óvulo o el semen de otras personas que no sean sus padres.

Creo que no tiene absolutamente nada que ver la necesidad de encontrar los orígenes de un hijo adoptado, con que un niño concebido por inseminación artificial con el semen de un donante quiera conocer al donante, pero a los periodistas esto de mezclar nabos con peras, saben que en muchos casos es un éxito de audiencia asegurado.


Además, ya el título del artículo es bastante desacertado pues no distingue entre padre y padre biológico, y denota una falta de sensibilidad por parte del que lo ha escrito, y reconozco que me ha generado de antemano un rechazo a leerlo, pero después ha merecido la pena haber superado esta primera sensación.

Lo que si creo que es interesante de este artículo son las cifras que ofrece, ya que por ejemplo al año hay en España 13.000 niños concebidos por métodos digamos “no tradicionales”, y de ellos hay 1300 a partir de la ayuda de un donante.


Pero sobretodo, y ateniéndonos a lo que nos ocupa en este blog, lo que más me ha interesado es que alrededor de un 25% - 30% de los niños adoptados acuden en búsqueda de sus orígenes, y que sólo un 15% llega a conocer a sus padres biológicos.

Nos comenta que los niños tienen dos momentos clave en los que les aparece la necesidad de conocer sus orígenes; uno hacia los 8-9 años y otro hacia los 13-14, cada uno de ellos con sus manifestaciones y necesidades diferentes, pero ambos con un objetivo claro de reforzar su personalidad. Esto lo llama la búsqueda interna.

Finalmente, y a partir de los 18 años, hay un proceso que llama de búsqueda externa, donde una vez satisfecha esta curiosidad interna temprana, se lanza a la búsqueda y localización de los familiares biológicos.

Lo más interesante a destacar es la importancia que tenemos los padres en todo este proceso de descubrimiento de uno mismo que tiene que hacer todo hijo, y donde con amor y mucha edmpatía tenemos que aceptar esta necesidad de nuestros hijos adoptados de conocer a los padres biológicos, de saber cómo eran o cómo se encuentran, pues es natural en toda persona humana querer conocer su historia, aunque haya sido muy corta.

Tenemos que hacer comprender a nuestros hijos que estamos a su lado, abiertos y sin ningún tipo de acritud hacia sus progenitores, creando siempre un clima abierto de diálogo y de empatía hacia sus emociones y sentimientos, que le permita expresar sus miedos y sus necesidades, y conseguir así que sepa que siempre estaremos con él, para ayudarle a encontrar a sus padres biológicos cuando creamos que sea el momento.

No es fácil, pues tampoco tenemos que avasallarlo y hay que estar atento y saber leer entre líneas de sus comentarios, de sus actitudes en el día a día.

Además la experiencia me dice que a algunos padres les resulta más fácil aceptar los orígenes de sus hijos biológicos que a otros, y por tanto, muchos de nosotros necesitamos también ir madurando esta idea, y pedir ayuda a profesionales si creemos que la necesitamos, pues tenemos la responsabilidad de saber responder y estar preparados el día de mañana a estas necesidades tan peculiares que tendrán nuestros hijos.


No nos podemos permitir , sabiendo lo que puede pasar, que llegue el día de mañana y no sepamos responder a sus expectativas.

Otros artículos relacionados con el origen:

Adopcion. La Espera. Adaptacion. Postadopcion. Hablar acerca del origen
Adopción. Adolescencia. Adolescentes adoptados en busca de su origen
Adopción. Postadopción. La Espera. Texto sobre cuando y cómo decirles a nuestros hijos/as que son adoptados
Artículos en este blog sobre los orígenes

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Quiero saber quién es mi padre


La nueva ley de adopciones recoge el derecho del niño a indagar en su origen biológico - La búsqueda puede llegar a los donantes de semen


SUSANA PÉREZ DE PABLOS 17/03/2008

¿Tienen derecho todas las personas a conocer la identidad de sus padres biológicos, sean adoptados, criados en una institución, concebidos gracias a un donante de semen o de óvulos o incluso las personas nacidas gracias a un útero alquilado, una opción ilegal en España pero admitida en algunos estados norteamericanos? La clave de esta respuesta está en el hijo. Frente a las antiguas leyes que protegían ante todo la voluntad de los padres, por las herencias o la presión social, las legislaciones modernas anteponen por encima de todo el derecho del niño a conocer a su padre o a su madre, haya sido adoptado, concebido gracias al semen de un donante y sea cual sea el país de origen de sus padres. En España, la Ley de Adopción Internacional ha concedido este derecho a todos los adoptados una vez que cumplan 18 años, lo que, según los juristas, abre la posibilidad de que las demás personas que no conocen sus orígenes puedan solicitarlo a un juez o incluso de que se plantee en el futuro un cambio de la legislación para eliminar, por ejemplo, el anonimato en las donaciones de semen o de óvulos.

Sólo la mitad de los que quieren saber sus orígenes llega a algún contacto

La búsqueda se debe hacer con la ayuda de un mediador profesional


En España, la donación de semen y de óvulos es secreta y todos los datos del donante los guarda el centro de reproducción asistida. Pero ya no lo es en países como el Reino Unido o Suecia y en algunos estados norteamericanos. Aparte de constituir un derecho de la persona el saber quiénes son sus padres, otra cuestión que inclina la balanza hacia la transparencia son los avances científicos. La investigación con células madre permite, por ejemplo, concebir hijos para usar la sangre del cordón umbilical para salvar a un hermano y sus avances harían posible avisar a un familiar de una enfermedad genética tratable antes de que se desarrolle en él o en sus hijos. Se abre así un mundo nuevo en la medicina en el que el conocimiento de los orígenes biológicos puede ser clave para salvar vidas. Además, ¿no deber ser también una opción individual reconstruir la vida que se tiene si así se desea? Muchas personas necesitan conocer más de su pasado cuando llegan a un momento clave de su vida. El derecho a poder hacerlo es indiscutible para muchos expertos, pero esta búsqueda supone tomar un camino que conduce a un destino plagado de incertidumbres y, en muchos casos, de problemas.


Una vez localizados los padres biológicos, ¿qué pasa si éstos no están dispuestos a ser encontrados? ¿No tienen derecho a que se proteja su anonimato?

Los acuerdos internacionales son claros y la legislación española ha ido adaptándose a ellos. España ratificó en 1990 la Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas, que establece el "derecho, en la medida de lo posible, a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos". Este principio es el que se ha aplicado en la Ley de Adopción Internacional, aprobada el pasado 28 de diciembre. "Tendrán derecho a conocer los datos que sobre sus orígenes obren en poder de las Entidades Públicas españolas, sin perjuicio de las limitaciones que pudieran derivarse de la legislación de los países de que provengan los menores", reza la norma.


Aunque -como recuerda Pilar Blanco-Morales, directora general de Registros y Notariados del Ministerio de Justicia, que ha coordinado el proceso de elaboración de esta ley- este derecho ya estaba reconocido para los adoptados dentro de España en el Código Civil y en el derecho propio de algunas comunidades autónomas. "Esta ley complementa algo que ya existía, es muy respetuosa con los procesos que se deben seguir y recoge todos los estándares de protección del menor", explica la jurista.


Pero el reconocimiento de este derecho de los adoptados puede ser sólo el principio para su generalización a toda persona que quiera conocer sus orígenes, como defiende Naciones Unidas. Algunos juristas ven probable que pueda ampliarse ese derecho en España, algo que buena parte de los psicólogos ven razonable siempre que se haga a iniciativa del interesado y con la ayuda de un mediador profesional, pero que los especialistas en reproducción asistida consideran problemático. Éstos advierten de las dificultades que provocaría el eliminar el anonimato de las donaciones de semen y óvulos.


Uno de los principales expertos en derecho de familia, Luis Zarraluqui, recuerda que "el principio universal que ha de regir esta actuación es el interés del menor". Y recuerda el derecho de éste a saber su origen, por ejemplo, a conocer "que es adoptado y que sus padres no lo son biológicamente". Zarraluqui añade que no hay que olvidar que a menudo la identidad de los padres biológicos es desconocida.


Pilar Blanco-Morales, catedrática de Derecho Internacional Privado, lo ve así: "La medicina del futuro no va a ser de los medicamentos sino de la biología, de la genética. Cuestiones como la investigación con células madre o la conservación de los cordones umbilicales harán cambiar todo. Aunque la ley garantiza el anonimato de los donantes, no descarto que llegue el momento en el que alguien lo reclame en los tribunales o en el que la legislación española cambie de principio".


La Ley de Reproducción Asistida, de 2006, sólo permite "excepcionalmente" revelar la identidad de los donantes si hay "peligro cierto para la vida o la salud del hijo". "En algunos países nórdicos permitieron que se conociera su identidad y se quedaron sin ellos, es muy negativo para la reproducción asistida", advierte el presidente de la Sociedad Española de Fertilidad y jefe del servicio de Medicina de la Reproducción del Instituto Universitario Dexeus, Buenaventura Coroleu. "Si España se plantea cambiar esto, tendría primero que discutirlo un grupo multidisciplinar para analizar los beneficios y perjuicios desde el punto de vista psicológico, médico o ético", añade.


Tiene una opinión en el mismo sentido el codirector del Instituto Valenciano de Infertilidad, Juan Antonio García Velasco: "Ya analizamos el impacto que esto podría tener en el sur de Europa y vimos que era brutal. Yo creo que es difícil que aquí se abra la legislación, sea bueno o no para el niño, porque vemos todos los días cómo muchas parejas no le dicen ni a su hijo ni a sus familiares cercanos que el niño ha sido concebido gracias a un donante de semen o de óvulos. La presión social es tremenda".


En España nacen alrededor de 15.000 personas gracias a las técnicas de reproducción asistida y se producen unas 1.300 gestaciones por inseminación artificial de un donante. Pero estos datos son aproximados, al no existir registro de donantes ni de centros.


En el caso de las personas adoptadas, la búsqueda de sus orígenes tiene muchas veces el plus del sentimiento de abandono e incluso el del maltrato. Esto hace que puedan tener más inquietud por encontrar a los padres biológicos. En España se adoptan cada año cerca de 4.500 niños de países extranjeros y 800 españoles.


El catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla, Jesús Palacios, especialista en adopción y acogimiento, dice que "todo lo que afecta a la identidad de las personas forma parte de su derecho y esa información debe darse en el momento y en la forma adecuada, sin hacer daño a la persona y ofreciéndole ayuda".


Palacios explica que lo crucial es la mediación. Si hay una colisión de intereses, el mediador debe ocuparse. "Lo ideal es que la gente no se lance a la aventura, porque la otra persona puede no querer ser encontrada. También es común que decidan buscar sus orígenes cuando les pasa algo importante en su vida, como cuando tienen un hijo o se les detecta una enfermedad".


Palacios explica que se dan dos tipos de búsquedas, una interna y otra externa.

La interna empieza a los 8 o 9 años, edad a la que se plantean por qué le adoptaron, si se acordarán de él o por qué no buscaron trabajo para poder mantenerle. Este especialista insiste en que la calidad de la comunicación con el hijo sobre este tema es crucial. "Es bueno que el niño sepa que la adopción es algo de lo que se puede hablar y preguntar en su casa, con independencia de la cantidad de información que se tenga o se le pueda dar en cada momento". A los 13 o 14 años repunta la curiosidad. A estas edades se plantean, por ejemplo, la hipótesis de qué hubiera pasado, cómo habría sido su vida si hubiera crecido con sus padres biológicos. Pero Palacios dice que, según su experiencia, la mayor parte de los adolescentes "se tranquilizan cuando se les asegura que se les va a ayudar y entonces la mayoría lo posponen".


La segunda búsqueda es la externa, la decisión de intentar localizarlos y conocerlos. En países como Estados Unidos hay empresas que se dedican a estas búsquedas, muchas de las cuales se anuncian en Internet, pero en España no ha surgido este tipo de negocio porque el sistema de adopciones es público.


Las personas adoptadas pueden pedir ayuda en los servicios de postadopción de las comunidades, que cuentan con equipos multidisciplinares de trabajadores sociales, psicólogos y asesores jurídicos. De los adoptados que atienden en estos servicios, sólo alrededor del 25% o el 30% acuden para buscar sus orígenes y de ellos el porcentaje que acaba poniéndose en contacto con ellos raramente supera el 15%.


"La mayoría de los que buscan sus orígenes en la actualidad han sido adoptadas en España, los que proceden del extranjero son aún pequeños. Pero sabemos, por la experiencia de otros países, como Suecia, que aumentarán estas búsquedas", explica el psicólogo y coordinador del Servicio de Postadopción de Andalucía oriental, Daniel Soto. Su programa de búsqueda de orígenes lleva cuatro años durante los cuales han atendido unos 110 casos. En Andalucía hay 8.000 familias adoptivas.


"Lo que quiere la mayoría es conocer su historia. En un primer paso se busca información, lo que no implica que ambas partes se identifiquen", explica Soto. Es un contacto mediado y se quedan en él la mitad de las personas que inician esta búsqueda. "Al segundo paso llegan alrededor del 15% de los que acuden al programa. La mayoría tiene entre 18 y 30 años y más que a su madre o padre biológico buscan hermanos de los que a menudo tienen algún recuerdo". Daniel Soto dice que para el adoptado es menos complejo buscar hermanos porque los consideran salvaguardados de cualquier tipo de responsabilidad de lo que pasó.

Postadopcion.Antes de ser mamá, una bonita poesía


Postadopción.
He leído este poema en las listas de adopción a china (china@adopint.org), y me ha parecido una buena idea compartirlo con todos vosotros, pues ¿qué papa o mamá no se va a sentir identificado con él?, y para que los que estáis esperando, que sepáis aprovechar lo que tenéis ahora.


¿Cuántas veces nos vienen aquellos recuerdos de vida en pareja sin más preocupación que el ocuparnos de nosotros mismos y de nuestras necesidades?, cuando íbamos al cine cualquier día de la semana, o decidíamos a última hora cenar fuera, pasar el fin de semana en un hotelito.... pero cuando ves ahora lo que tienes, lo que has conseguido, te das cuenta cómo además de ocuparnos la vida, estas pequeñas criaturas nos la llenan.


Otras entradas para disfrutar y regocijarse en nuestra felicidad









----------------------- Inicio del poema ---------------------------



ANTES DE SER MAMÁ...
Yo comía mi comida caliente.
Mi ropa lucía planchada y limpia todo el día.
Podía sostener largas y tranquilas conversaciones telefónicas.

ANTES DE SER MAMÁ...
Me dormía tarde, tan tarde como quería (porque yo quería) y jamás me
preocupaban las desveladas. Cepillaba y cuidaba mi pelo, lucía uñas largas y hermosas.
Usaba tacos altísimos y camisones pequeñitos. Mi casa estaba limpia y en
orden, no tenía que brincar juguetes olvidados por todos lados.

ANTES DE SER MAMÁ...
No me importaba si alguna de mis plantas era venenosa, ni pensaba en lo
peligroso de las escaleras o las esquinas de mis muebles.
Tenía adornos en mesas bajas y flores en floreros de vidrio.
No dejaba mi tiempo en consultas mensuales con el doctor,
ni consideraba siquiera la palabra VACUNA.

ANTES DE SER MAMÁ...
No tenía que limpiar comida del piso,
ni lavar las huellas de pequeños deditos marcadas en los vidrios.
Tenía control absoluto de mi mente, mis pensamientos, mi tiempo, mis
planes, mi cuerpo y mi aspecto físico...
Dormía toda la noche y los fines de semana eran totalmente relajados e incluso románticos.

ANTES DE SER MAMÁ...
No me entristecían los gritos de los niños en la consulta médica (porque
no los escuchaba nunca), no tuve jamás que detener, con lágrimas en mis
ojos, un bracito que sería inyectado; no me imaginaba que mi peor
pesadilla pudiera ser un termómetro con el mercurio superando los 39ºC.

ANTES DE SER MAMÁ...
Yo nunca sentí un nudo en la garganta al mirar a través de unos ojos
llorosos y una carita sucia. No conocía la felicidad total con sólo
recibir una mirada. No pasaba horas mirando la inocencia dormir en una cuna.
Nunca sostuve a un bebé dormido SOLO porque no quería alejarlo de mí.

ANTES DE SER MAMÁ...
Nunca sentí que mi corazón se rompía en un millón de pedazos al no poder
calmar el dolor de un niño. Ni nadie me hizo sentir tan valiosa como mi
chiquito agradeciendo una curita, ni tan orgullosa como el día que
escoltó la bandera en el cole.
Nunca supe que algo tan pequeño, podía afectar TANTO mi mundo.
Nunca supe que podía amar a alguien de ese modo.

ANTES DE SER MAMÁ...
Yo no conocía el sentimiento que provoca tener mi corazón fuera de mi
cuerpo. No sabía que tan especial me sentiría al alimentar a un bebé hambriento.
No sabía de esa cercanía inmensa entre una madre y su hijo. No sabía que
algo tan chico podría hacerme sentir tan grande.

ANTES DE SER MAMÁ...
No imaginaba tanta calidez, tanta dulzura, tanto amor. No imaginaba lo
maravilloso que sería. No imaginaba la satisfacción de ser madre, no
sabía que yo era capaz de conmoverme así ante la suavidad de su manito
cálida, de su piecito gordo, de su beso pegoteado de caramelo...

HOY NO IMAGINO MI VIDA
SIN ESA PEQUEÑA SONRISA PICARA Y TRAVIESA,
SIN ESA HUELLA DE CHOCOLATE EN LA PARED,
SIN ESE OLOR A PUREZA,
SIN ESCUCHAR DE UNOS PEQUEÑOS LABIOS
ESA PALABRA CORTA E INMENSA A LA VEZ...

lunes, marzo 03, 2008

Adopcion.Nací en Arteixo. El relato de una hija y madre adoptiva

Esta historia nos la ha enviado una lectora de este blog que además es madre adoptiva.


Es la historia cuya protagonista es Eva Gispert, una hija adoptiva , actualmente ya madre de 3 hijos (2 biológicos y 1 adoptado), que nos relata en primera persona los sentimientos que la adopción ha hecho aflorar en el transcurso de su vida.

Nos habla de lo mucho que quiere y la quieren sus padres, lo qué sintió cuando conoció a su madre biológica, y cómo a medida que se iba haciendo mayor, el hecho de ser adoptada iba configurando con ella su propia historia ; cuando a los 6 años supo que era adoptada, cuando en la adolescencia se apoderó de ella una sensación de vacío que luego se repetiría mucho más tarde después de conocer a su madre biológica, y cómo finalmente con la ayuda de un buen profesional consiguió superar con las terapias adecuadas.

Es un relato crudo por la sinceridad con la que está escrito, y aunque se trate de un caso particular, estoy convencido que a todos los que lo leáis os hará pensar sobre cómo la adopción puede condicionar la vida de nuestros hijos, aunque ésta se haya producido en las edades más tempranas.

Me ha gustado mucho y espero que vosotros le saquéis el mismo partido.

Otros relatos escritos por los protagonistas de la adopción :









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SOMOS DE VERDAD CONSCIENTES DE LOS SENTIMIENTOS QUE DESPIERTA LA ADOPCIÓN?

Dicen que nací el 28 de enero de 1967 en Arteixo, la Corunya, y en cambio mi partida de nacimiento indica que soy del 2 de enero. Jesusa, la madre biológica, se quedó viuda con 4 hijos a su cargo, todos varones. Fruto de una relación posterior me tuvo a mi. Parece ser que tenía muchas dificultades para poder tirar adelante y dejó a los 5 niños en un orfanato para así poder ir a trabajar.

Mis padres, Emili y Paquita, llevaban ya 20 años casados y deseaban una niña. Vivían en un pequeño pueblo de la provincia de Girona, Llagostera. Yo tenía 2 meses cuando me vinieron a buscar al orfanato. Mi madre siempre me lo explica. Estaba lleno de niños que con sus ojos te decían – cógeme a mi por favor! Las monjas les indicaron quién iba a ser su hija, me tuvieron un rato en brazos, y dice que no tuvo ni u ápice de duda de que era suya.

Esta es la imagen que a mi me ha quedado. El sentimiento que todo niño necesita tener: que su nacimiento es un hecho único y especial. Y esto es tan importante para cualquier niño! Siempre he sentido que mis padres me querían y me deseaban, en que este sentimiento les llenaba el corazón y toda su existencia desde que entré en sus vidas.

Es por esto que cuando a los 6 años supe a través de una amiga que yo era adoptada, me fui llorando a casa. Mi madre me explicó con los ojos llorosos toda esta historia, añadiendo que me querían , me querían muchísimo! Esto era lo importante y no, de dónde había salido. Los niños son de quien los cría y los educa, decía siempre mi madre. Este sentimiento y esta convicción es la que me ha acompañado toda la vida y esto tiene consecuencias en las relaciones que vas haciendo. Nunca he tenido una gran curiosidad en conocer aspectos de mi otra vida Sí que a menudo me imaginaba cómo habría sido el hecho de vivir en la Coruña rodeada de 4 hermanos mayores, todo chicos. Me hubiera gustado ver a mi madre biológica sólo para comprobar qué rasgos tanto de mi personalidad como físicos teníamos en común “mi madre” biológica y yo. Me cuesta escribir las dos palabras juntar “mi” y “madre”. No la siento, ni mía, ni madre. Esto es lo que sentí cuando vino a conocerme ahora hará unos 7 u 8 años.

Mi infancia la recuerdo feliz, con mucha libertad, y tenía muchos amigos. Era una niña extrovertida, abierta y con mucha fuerza interior. Me sentía muy querida tanto por mis padres como por toda la gente del pueblo. Siempre he pensado que para los niños adoptados, las raíces son muy importantes y perduran en el niño de una forma diferente porque las necesita más que a los demás. La adolescencia fue más difícil. Hacía muchas actividades. Ahora pienso que era una escapada hacia delante. Hacia los 14, 15 años comencé a experimentar un sentimiento de soledad y de desolación que durante toda la vida me ha acompañado y he tenido que afrontar. Tuve episodios de insomnio. Me invadía una angustia que me aclaparaba y me hacía sufrir mucho. Pedía ayuda a mis padres desesperada. Ellos no sabían como pararlo. Pensé que lo mejor era no hacer demasiado caso. Seguramente si se hubiera tratado bien es ese momento, me hubiese ahorrado una gran parte del sufrimiento posterior.

Nunca más he dormido bien del todo. En periodos de estrés, este insomnio ha ido apareciendo así como este sentimiento de soledad. No supe nunca de dónde me venía. Pero es ahora, una vez mayor, cuando empecé a pensar que el hecho de la adopción debía tener alguna cosa que ver. La relación con mi madre no era fácil pero tampoco más difícil que cualquier relación madre e hija. Yo era una niña muy rebelde, con mucho amor propio e instinto de superación, con una personalidad, y había crecido en un ambiente de mucha libertad. Mi madre era una persona muy introvertida, y las muestras de afecto conforme me iba haciendo mayor, se le hacían más difíciles. Todos los niños necesitan mucho estas muestras de afecto pero en un hijo adoptado todavía son más importantes. Las busca en la mirada, en los gestos de sus padres, de los amigos, de las parejas que escoge, así como en toda la gente que lo rodea.

Con el nacimiento de mis dos primeros hijos pensé que a lo mejor me afloraría algún sentimiento o sensación hacia la adopción. No fue así. Sí que pensé en ello, pero seguia convencida de que el nacimiento es un hecho anecdótico, una experiencia maravillosa en sí misma, pero nada más.

Todo cambió cuando hace 7 u 8 años, se presentó Jesusa en mi casa. Había a averiguado mis apellidos actuales, así como mi dirección, y no quería morirse, decía, sin conocerme y saber que yo estaba bien. Supe al momento que era ella cuando empezó a hablar con acento gallego. En el momento en que se produjo la visita, en ese momento sentí pena y compasión hacia aquella mujer que me explicaba buscando mi comprensión de que no me había entregado en adopción por voluntad propia. Yo también quería que supiera que me había sentido muy querida por mis padres y que estaba muy orgullosa de como me habían educado.

Fue después, al día siguiente, cuando empecé a experimentar un sentimiento de rechazo y de desolación. No sabía que me pasaba. A partir de entonces, y es posible que fuera también porque me coincidió con otras circunstancias de mi vida, empecé a sentir que muchas de las cosas que había estado haciendo hasta entonces, no me llenaban ni me hacían ilusión. Mi autoestima estaba en crisis, y tuve que replantearme muchas cosas. Con la ayuda de una terapeuta he desarrollado todo un trabajo interior : aceptar que posiblemente, aunque no era consciente en un primer momento, el hecho de ser adoptada implica una manera de afrontar la vida y las relaciones, diferente a como lo haría cualquier otra persona.

Es por esta razón que cuando decidimos adoptar a nuestro tercer hijo, yo era plenamente consciente. Me resultó de mucha utilidad el proceso de idoneidad que tuvimos que pasar para adoptarlo. Muchas de las cosas que nos decía el equipo de terapeutas las constataba como propias, y me servían para poner nombre y ubicar muchos de los sentimientos que había ido experimentando en el transcurso de mi vida.

Melkamu nació en Etiopía, tiene 7 años y en febrero hará un año que está con nosotros. Todo este proceso y trabajo que he hecho, me ha permitido darme cuenta que el hehco de ser adoptado te hace diferente, aunque hayas sido querido y te hayan adoptado siendo, muy, muy pequeña. Negar o tapar todos los sentimientos que este hecho te provoca , y no gestionarlos adecuadamente puede hacerte sentir muy mal y desubicado. Es ahora, después de mucho tiempo, que soy plenamente consciente de lo importante que es para un niño adoptado la aprobación y el afecto, y como puede girar tu vida alrededor de estos dos conceptos.
Ser muy consciente y gestionarlo correctamente te puede hacer que las cosas te resulten mucho mas fácil y verlo todo con mucha más serenidad.

Eva Gispert 16 de diciembre 2007

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