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lunes, septiembre 24, 2012

LOS MAS RICOS?



Este artículo me ha llegado a través de un lector de este blog y me ha parecido muy acertado, para los tiempos que corren, publicarlo en este espacio.

Es un artículo, yo diría que también poético, que escribe un periodista mexicano sobre el sentido de la riqueza.

Cada vez veo más en los adolescentes, una obnubilación por todo lo que es tener dinero. Y nos cuesta tanto explicarles, cada vez,  que la felicidad no está en las cosas materiales; bufff.

Pero ellos creo que tienen poca culpa, y que no son más que víctimas de una sociedad orientada a generar necesidades para poder mantenerse, y pretender que unas mentes en proceso y crecimiento puedan combatir con tanta inteligencia aplicada al consumo, es muy difícil, por no decir imposible, porque nunca hay nada imposible.

Nuestros hijos tienen muy pocas oportunidades para salir de este círculo, y una de ellas, y la más importante es la familia, y por ello tenemos que proveernos de herramientas que a diario nos permitan trabajar esa ofiscación material para substituirla por algo que les llene más y les ayude a encontrar la felicidad.

Este artículo es una de esas herramientas para compartir con ellos y reflexionar todos sobre lo que en cada párrafo el autor nos explica en qué consiste la riqueza.

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LOS MÁS RICOS...

El autor de este artículo se llama Armando Fuentes Aguirre y usa el seudónimo "Catón", es un periodista mexicano brillante y vale la pena leer su nota (está después de la foto).

Me propongo demandar a la revista "Fortune", pues me hizo víctima de una omisión inexplicable. Resulta que publicó la lista de los hombres más ricos del planeta, y en esta lista no aparezco yo. Aparecen, sí, el sultán deBrunei, aparecen también los herederos de Sam Walton y Takichiro Mori.
Figuran ahí también personalidades como la Reina Isabel de Inglaterra, Stavros  Niarkos, y los mexicanos Carlos Slim y Emilio Azcárraga.
Sin embargo a mí no me menciona la revista.
Y yo soy un hombre rico, inmensamente rico. Y si no, vean ustedes: tengo vida, que recibí no sé por qué, y salud, que conservo no sé cómo.
Tengo una familia, esposa adorable que al entregarme su vida me dio lo mejor de la mía; hijos maravillosos de quienes no he recibido sino felicidad; nietos con los cuales ejerzo una nueva y gozosa paternidad.

Tengo hermanos que son como mis amigos, y amigos que son como mis hermanos.
Tengo gente que me ama con sinceridad a pesar de mis defectos, y a la que yo amo con sinceridad a pesar de mis defectos.

Tengo cuatro lectores a los que cada día les doy gracias porque leen bien lo que yo escribo mal.

Tengo una casa, y en ella muchos libros (mi esposa diría que tengo muchos libros, y entre ellos una casa).

Poseo un pedacito del mundo en la forma de un huerto que cada año me da manzanas que habrían acortado aun más la presencia de Adán y Eva en el Paraíso.

Tengo un perro que no se va a dormir hasta que llego, y que me recibe como si fuera yo el dueño de los cielos y la tierra.

Tengo ojos que ven y oídos que oyen; pies que caminan y manos que acarician; cerebro que piensa cosas que a otros se les habían ocurrido ya, pero que a mí no se me habían ocurrido nunca.

Soy dueño de la común herencia de los hombres: alegrías para disfrutarlas y penas para hermanarme a los que sufren.

Y tengo fe en Dios que guarda para mí infinito amor.

¿Puede haber mayores riquezas que las mías?

¿Por qué, entonces, no me puso la revista "Fortune" en la lista de los hombres más ricos del planeta?"
¿Y tú, cómo te consideras? ¿Rico o pobre?
HAY GENTE POBRE, PERO TAN POBRE, QUE LO ÚNICO QUE TIENE ES... DINERO.

Armando Fuentes Aguirre (Catón)  



jueves, septiembre 13, 2012

Ojalá todos los políticos pensaran así

Este discurso lo he encontrado en una lista que tenemos los miembros del campo de energía de Barcelona que pertenecemos a la Economía del Bien Común.

Son 10' que valen mucho la pena porque es la primera vez que oigo a un presidente de un país (en este caso Uruguay), hablar con tanta sinceridad y tan acertadamente.

Y no se trata de un pobre romántico, sinó de algo muy real y sensato que todos deberíamos empezar a reflexionar, si no lo hemos hecho ya.

En resumen y en palabras de José Mújica : La base de toda sostenibilidad reside en la felicidad del ser humano.

Más que recomendable.


miércoles, julio 04, 2012

Será de verdad tan sencillo?

Este libro-video me ha animado y creo que es una buena pieza para compartir con la familia.

Son reflexiones siempre interesantes tener en cuenta para conseguir la felicidad, y que dan mucho de si para hablar con nuestros hijos y aprovechar un momento de reprogramacion-educacion-sensatez-tranquilidad-relfexion-equilibrio que tantas veces nos hace falta pasar en familia.

Lo dejo aqui  sin más comentarios porque con estos 3 minutos de sensatez, sobran las palabras.

lunes, abril 30, 2012

Atrévete y confía en ti mismo!!!

Atrévete y confía en ti mismo!!!

Somo padres y adultos, y en muchos casos cuesta entender por qué nuestros hijos en edad pre y adolescente les cuesta tanto hacer cosas que para nosotros son tan evidentes, y sufrimos pensando en lo que ellos deben sufrir y en las cosas que se pierden por esa falta de iniciativa, por ése miedo a hacer el ridículo, por esa falta de confianza en sí mismos.

Pero olvidamos precisamente éso, que nosotros somos sus padres, que hemos vivido muchas experiencias entre las que ha habido esa misma falta de iniciativa cuando éramos como ellos, y que también ésas actitudes tan "desastrosas" desde nuestra perspectiva ahora nos ayudaron en su momento a ser lo que ahora somos, y que por tanto ellos también tienen que pasarlas.

Creo que los padres tenemos una sola misión en la vida con nuestros hijos : hacer que tengan suficiente confianza en sí mismos como para conseguir , su algún día lo desean, todo lo que se propongan, y la verdad, es una tarea árdua y difícil , sobretodo porque se trata de una carrera de largo recorrido


Dice Punset que "la felicidad es la ausencia de miedo" y he visto hoy este video que refleja perfectamente cómo debemos abordar aquellas situaciones que nos paralizan y nos impiden ser felices, y que creo que es excelente para compartir con nuestros hijos cuando vemos que les cuesta tanto dar ése paso ahora ya tan trivial para nosotros.








jueves, abril 26, 2012

El oficio de ser madre

Me ha llegado este video que me ha emocionado, aunque yo soy de lagrima fácil, y he querido compartirlo.

Y es que esto de ser padres es una carrera de largo recorrido, y como me dijo un amigo : "La gente no vale por las veces que se cae, sino por las veces que se levanta", aunque en este video a lo mejor falta un poco de fracaso, pero aun así es muy emotivo


martes, abril 24, 2012

Compartir, ésa es la clave



Desde que me casé, pues yo soy de los que me casé antes de vivir en pareja, y además por la iglesia, y de momento puedo decir que estamos contentos, que cuando hice los cursos prematrimoniales nos dijeron una cosa que me gustó y me llamó tanto la atención, que nunca he dejado de tenerla en cuenta.

Se trata de compartir, y es que cuando decides vivir con alguien , lo que tienes que tener muy claro es que lo que decides es compartir tu vida, y éso significa dar y recibir, pero sobretodo compartir aquéllo que haces con otro, porque éso es lo que de verdad le da un sentido.

El tema es fuerte, lo reconozco, pues uno lo primero que piensa cuando lee este post, a parte de que puede tratarse de una cursilada abominable, es que "entonces, antes de tener alguien con quien compartir las cosas, ¿qué pasaba?, ¿qué no tenía sentido lo que hacía yo solo?" y la respuesta es "Claro que tenía sentido.........,  pero menos".

No sé si muchos de vosotros tenéis la mala suerte de viajar por trabajo, y digo mala suerte, porque en mi caso no hay nada más desolador ni aburrido que estar un sitio maravilloso, visitando un lugar emblemático, pero sin poder compartirlo con tus seres queridos.

Claro que es agradable estar allí, pero sin poderlo compartir, se queda tan descafeinado, como incompleto. Y sino fijáos en lo que hacen muchas personas cuando están disfrutando de algo que les gusta de verdad (una película, un paisaje, un restaurante, una fiesta, ...) : que cogen el teléfono y llaman a alguien para explicárselo, o hacen una foto y la envían, o se lo comentan al de al lado, o se lamentan de que él o ella no esté allí para verlo , para vivirlo, en resumen, para compartirlo, porque éso amplifica el sentido de las cosas que hacemos.

Y ¿qué os imagináis que piensa la persona que ha sido escogida para compartirlo? pues que está encantada y éso la une todavía más a su pareja, amigo, hermano, padre, madre, abuelo, primo o lo que sea.

Hay una película de Almodóvar "Hable con ella" que hace de este tema el eje principal, y lo trata francamente bien y con mucha poesía.Es muy recomendable

¿Y por qué explico este rollo? pues sencillamente, porque siguiendo con esta tónica de ir aplicando el compartir con los seres queridos las cosas, una norma en mi vida, con el tiempo me he ido dando cuenta que con los hijos me pasa lo mismo, y a ellos les enriquece muchísimo que sus padres compartan con ellos sus aficiones, sus ideas, sus películas, sus libros, etc...

Ya se van haciendo mayores y empiezan a tener cosas de verdad "valiosas" que desean compartir y que debemos trabajar con ellos para que puedan hacerlo con la máxima confianza. Obviamente no todo van a poder compartirlo con nosotros, pero enseñarles el valor que tiene poder compartir, y como ello multiplica el sentido de las cosas es una maravillosa terapia para fortalecer nuestra relación con ellos.

Compartiendo, damos, y cuando los demás reciben, se abren y también nos dan, y ésto genera un círculo vicioso muy positivo que debemos trabajar día a día para acercarnos más a ellos y fortalecer nuestra confianza y su autoestima.

Hay muchos ejemplos de cosas que podemos compartir con nuestros hijos, por ejemplo leyendo los mismos libros que les toca leer en el colegio o que sencillamente han escogido ellos, compartiendo experiencias , deportes, aficiones, películas, y todo aquello que creamos que podemos tener en común, o no, pero que lo importante es precisamente éso, compartirlo.

martes, marzo 06, 2012

Niños desafiantes

Este artículo lo hemos extraído del periódico de la adopción de Adoptantis, al que podéis subscribiros enviando un email a adoptantis@hotmail.com.

En este artículo, escrito desde una perspectiva bastante técnica, la autora nos habla de los motivos que pueden llevar a que existan niños con comportamientos agresivos, de mala conducta y desafiantes.

Es verdad que a mi también me molesta lo fácil que es en algunos casos para muchos profesionales ponerle a un niño conflictivo la etiqueta de TDA o TDAH y de ésa manera tener una excusa para medicarlo y resolver en primera instancia su comportamiento, pero sin tener en cuenta que lo que estamos haciendo es tapar burdamente una actitud que tiene unos motivos que nunca podremos desvelar.

Igual que sugiere la autora, creo que todo comportamiento tiene un motivo más cultural, social y de educación que en cambio de tipo neurológico o físico, sin descartar obviamente que hay un pequeño porcentaje de este último grupo, pero siempre teniendo en cuenta que se trata de una minoría.

Es largo pero para aquéllos que se encuentren en situaciones similares, les puede ser de utilidad, sobretodo para saber que hay en la mayoría de los casos unas causas, y que sólo conociéndolas es como podemos trabajar para arreglar nuestras vidas y las de nuestros hijos.

Como siempre, la autora nos recuerda que si hemos decidido ser padres es porque debemos actuar como tales, pues en muchos casos, este comportamiento es debido a una falta de figuras que ejerzan como padres que geneen confianza en su entorno y permitan que se relajen crezca su confianza.

Otros artículos relacionados :

Adaptacion. Adolescencia. Niños estresados

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Son esos niños a los que se atribuía “mala conducta” o “mala educación”; hoy algunos los rotulan como “trastorno negativista desafiante” o “trastorno oposicionista”. La autora sostiene que esa conducta “abarca problemáticas muy diferentes”, y la vincula con determinaciones familiares y sociales.

“Alan tiene siete años. No respeta las reglas de la escuela, contradice a la maestra, desafía a las autoridades. Debe tener un problema orgánico. ¿No necesitará medicación?” “Pedro tiene cuatro años; discute todo lo que se le dice, se pelea con los otros chicos y se enoja cuando se lo reta. Se tira al suelo cuando se le niega algo que quiere. Nos dijeron que consultemos a un neurólogo.” “Juan tiene cinco años. Se niega a hacer lo que se le pide, dice a los gritos que no quiere obedecer y trata de imponer su voluntad todo el tiempo. Lo retamos, le pegamos y le ponemos penitencias, pero cada vez es peor. ¿Qué podemos hacer?” Y una escena en la calle: La mamá: “Cuando hablo con otro adulto no me interrumpas”. El nene, de cinco años (en el mismo tono de voz autoritario): “Y vos contestame cuando yo te hago una pregunta”. La mamá: “Me estás desafiando”. El niño: “Y vos me estás desafiando a mí”.

Son niños a los que antes se les adjudicaba “mala conducta” o “mala educación”. Algunos de estos niños fueron rotulados por diversos profesionales como “síndrome de déficit de atención con hiperactividad”. Otros, como “trastorno negativista desafiante” o “trastorno oposicionista desafiante”, una nueva clasificación que circula por los ámbitos de la salud y la educación. Otro “trastorno de época” con una supuesta “solución” de época. Así, algunos niños a los que se les pone este sello son medicados con antipsicóticos en dosis leves, para mejorar su conducta.

Nuevamente, como en el caso del trastorno por déficit de atención, nos encontramos con la descripción de una conducta frecuente en nuestra cultura, frente a la cual se arma una clasificación psiquiátrica y se supone un remedio mágico. Por consiguiente, es una nominación que suele abarcar patologías y problemáticas muy diferentes. Desde las respuestas impulsivas y agresivas de un niño que siente que su psiquismo estalla frente a las exigencias del mundo, hasta las dificultades de otro que no tolera las normas: todos son ubicados del mismo modo. A la vez, es frecuente que estos niños susciten la hostilidad de los adultos. Es decir, no se lo piensa como una conducta que suscita preguntas, que dice algo, sino como algo a acallar. Consideradas como un cuadro psicopatológico o como respuesta a una educación permisiva, las conductas de los niños que se oponen a las reglas escolares y familiares se piensan como algo a silenciar más que como un llamado a escuchar.

Pero el comportamiento transgresor y desafiante de los niños de hoy no tiene que ver necesariamente con una falta de castigos o con actitudes demasiado permisivas de los padres. Sucede que los adultos presentan dificultades para sostener las diferencias niño-adulto, no pueden ser garantes de un futuro mejor y esperan que los niños los sostengan narcisísticamente. Así, generan actitudes y respuestas frente a las que luego se violentan. A estos niños se los ha imbuido de un poder omnímodo. Son los mismos adultos los que los han convencido de que son seres poderosos, de que deben cumplir ya con todo lo esperado y de que este cumplimiento les traerá satisfacciones inmediatas.

¿A qué se oponen los niños? ¿A qué se niegan? ¿Qué desafío está en juego? ¿Qué nos están diciendo con tanto “negativismo”? Es frecuente que los niños de hoy traten a los adultos como pares e intenten imponer su voluntad a toda costa. Pero hay determinaciones sociales, familiares e individuales que debemos tener en cuenta en la producción de estas conductas, que suelen denunciar dificultades en la estructuración narcisista.

Al considerar el comportamiento como algo estático, un trastorno que el niño trae y que es atemporal, no se toma en cuenta su sufrimiento. Estos niños, a su vez, suelen desmentir el dolor, justamente porque suponen que tienen que funcionar como poderosos y que si se muestran débiles quedan a merced de un tirano. Generalmente son sancionados, castigados, expulsados, lo que refuerza la idea de un mundo hostil y arbitrario.

Lo que aparece como conducta oposicionista-desafiante o negativista-desafiante puede responder a múltiples determinaciones, en las cuales tienen peso tanto el medio social como el familiar, así como el modo particular en que ese niño tramita sus vivencias.

Algunos niños no hay podido constituir ligazones que operen como inhibidoras del desborde pulsional y quedan a merced de la insistencia pulsional en una pura descarga. El otro fracasa como aquel que contiene y calma y el niño queda solo en un estado de enfrentamiento con todos, suponiendo que los otros son causa de su malestar. Esto suele confundirse con un funcionamiento “oposicionista”.

Así, un niño de diez años que insultaba a las maestras, le pegaba a la madre, totalmente desbordado por cualquier situación en la que tuviera que esperar su turno o ceder frente a otro, fue diagnosticado como trastorno negativista desafiante. En ese diagnóstico primó una idea de clasificar, sin dar cuenta de los mecanismos productores de sus desbordes. Estos se desencadenaban cuando aparecía una situación en la que se le presentificaba la idea de ser aniquilado o expulsado violentamente por el otro, lo cual lo llevaba a estados de desesperación donde las urgencias se transformaban en irrefrenables. La desesperación se incrementaba en el vínculo con adultos que se ubicaban como impotentes frente a los ataques del niño.

Oposición o dependencia

En tanto el niño teme depender del otro porque no lo considera seguro y supone que va a quedar a merced de él, de sus idas y venidas, el mostrarse autosuficiente y negarse a obedecerlo puede ser el modo en que intenta sostener un armado narcisista precario. En algunos niños, dominar al otro, someterlo a la propia voluntad, parece ser la única satisfacción posible. Ya no es la satisfacción erótica en el vínculo con el otro, el placer en la realización del deseo, sino el placer en el dominio del otro como objeto. Hay niños que se unifican en el “no” como modo de ser, como protección, porque si no se sienten arrasados por el avance intrusivo del otro. La dificultad radica en que pierden la percepción de sus deseos (algunos no la tuvieron nunca) y lo único que desean es oponerse al deseo del otro (lo que delata la dependencia). Al abroquelarse en el “no”, éste funciona como organizador que les permite sostenerse como diferentes.

Este funcionamiento suele traer dificultades para sublimar. Así, en lugar del juego o de actividades creativas estos niños buscan el poder por sobre todas las cosas. Ser el jefe de la banda es lo único importante.

El “no” formulado como “no quiero” implica tanto la posibilidad de poner coto al avasallamiento del otro como de reafirmar la autonomía. Los padres de un niño de cuatro años consultaron porque el chico regulaba todos los movimientos de la casa. Si él se oponía, no podían salir a pasear o a comer afuera: cuando no se hacía lo que él quería, respondía con escándalos. Podermos preguntarnos: ¿qué quería? Quizá dominar a los otros para no darse cuenta de que eran personas autónomas, separadas de él, situación que, cuando se hacía evidente, le acarreaba muchísimo sufrimiento. A la vez, estos padres se ubicaban en una lucha de poder con el niño, repitiendo con él la batalla cotidiana con un mundo vivido como demasiado exigente.

Depender de otro supone que uno puede perderlo. Estos niños intentan desmentir toda dependencia para evitar toda pérdida. Puede ocurrir que un niño tenga terror al abandono y desmienta por eso la necesidad de ese otro. Pero el resultado es que el objeto se le torna incontrolable, la separación no puede ser eternamente desmentida y permanentemente reciben heridas insoportables, en tanto esperan una fusión imposible.

Así, un niño que, por pegar a los otros niños y desafiar a los docentes, estaba a punto de ser expulsado del jardín de infantes, trae a las sesiones su sensación de injusticia, de no ser escuchado por los maestros, de quedar como culpable de todas las situaciones de un modo arbitrario. Está muy enojado con el mundo. Le propongo jugar a que él es el psicólogo. Acepta y juego a ser una niña que les pega a todos y a la que retan todo el tiempo. Yo voy diciendo lo que siento, lo injustos que son conmigo, cómo ninguno me escucha y cómo me dejan sola, y él va pasando de ser un adulto implacable, que sólo me reta, a transformarse en un director de escuela que dice: “Yo te creo; voy a ir con vos al recreo a ver lo que pasa, y si te molestan yo te defiendo”. Esta variación de posición en el juego le permitió ir modificando su lugar en el jardín, sintiendo que los adultos podían escucharlo y defenderlo. Pudo empezar a mostrar sus miedos, sus debilidades, y soportar la indefensión frente a los adultos.

Muchas veces la desmentida de la dependencia está sostenida por los adultos, que ubican al niño como todopoderoso frente a adultos impotentes. Lo que podemos denominar “idealización de la infancia” es uno de los factores sociales que inciden en las dificultades de los niños de hoy.

Los padres de una niña de tres años afirmaban que la niña era “terrible” y que en la casa rompía todo. Al relatar un episodio en que la niña había roto la mesada de la cocina, le adjudicaban una fuerza que no tenía. De este modo, la niña quedaba entrampada entre un poder omnímodo y ser la culpable de todo lo que ocurría, cuando era obvio que la mesada estaba quebrada desde antes y ella sólo había puesto de manifiesto ese quiebre. La niña –curiosa, con un lenguaje muy desarrollado y un excelente nivel de juego dramático– no obedecía y se enojaba frente a cualquier negativa a sus deseos. ¿Cómo iba a obedecer a adultos que se mostraban más débiles que ella? Una consecuencia era la confusión respecto de sus propias posibilidades y un estado de desesperación, del que intentaba salir a través del desafío.

Beatriz Janin

Directora de la Carrera de Posgrado de Psicoanálisis con Niños, APBA-UCES.

Texto extractado del libro El sufrimiento psíquico en los niños. Psicopatología infantil y constitución subjetiva (Editorial Noveduc)

miércoles, febrero 08, 2012

Aprender a desconectar


Son muchas las quejas y preocupaciones que oigo de muchos padres acerca del abuso que nuestros hijos hacen de las nuevas tecnologías, a medida que van creciendo.


Nos resulta en muchos casos incomprensible el uso que hacen tan masivo de estos instrumentos para conversar y relacionarse, y a veces nos parece que es hasta enfermizo, y cómo no, nos preocupa.

Des de mi punto de vista, soy un gran defensor de las nuevas tecnologías para fomentar la relación, pues hay muchas personas que les resulta más fácil entablar una conversación con alguien poco conocido a través de las nuevas tecnologías, que directamente, por lo que también hay que entender que tienen una parte muy positiva, pues a partir de aquí puede generarse una confianza que permita generar posteriormente una relación presencial.

Obviamente, el problema , como todo en esta vida, es cuando se pierde el equilibrio y el uso de estas herramientas se vuelve obsesivo, o simplemente nos hacer perder de vista que hay también otras herramientas para comunicarnos como el mirarnos a la cara, conversar con un grupo de amigos, o simplemente tocarnos, abrazarnos o acariciarnos.

Quizá sea por comodidad, por facilidad o simplemente por aburrimiento, que estas tecnologías se adoptan con tanta facilidad y entusiasmo por los más jóvenes, pero una asignatura pendiente que tenemos los padres de hoy en día, a parte de integrarnos en estas tecnologías que los que no lo hayáis hecho debéis ponerlo como una prioridad en vuestra agenda, es también la de ayudar a nuestros hijos a que aprendan a hacer un uso controlado de estas geniales herramientas de comunicación.

Dejo un vídeo que me ha encantado y que nos engloba a todos , padres e hijos, y que nos enseña lo que nos podemos llegar a perder cuando abusamos del uso de estas tecnologías.

Me gustaría también encontrar un vídeo que nos explicase lo que nos perdemos los padres que no estamos integrados a ellas, pero sé que éso va a ser más difícil.

jueves, febrero 02, 2012

Si algún día el mundo fuera así .....

Un video que me ha llegado a través del twitter y que me ha dejado impresionado.


Muy recomendable para compartir con la familia, pues anima a todos a hacer algo además de cuidarnos de nosotros mismos.

Además es uno de ésos planos secuencia de más de 4' que siempre me han apasionado.

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