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martes, junio 20, 2006

Adopción. Postadopción. Escuela. La adaptación a la escuela y otros asuntos de interés


Adopción. Postadopción. Escuela. Orígenes. Abandono.

Este artículo lo he recogido de una web www.adoptare.com.ar , de la cual he recogido algunos artículos que siguiendo la costumbre, revisaremos antes de poner en www.hoyelmejordia.com.

Se trata de una conferencia , extraída del primer numero de la revista "Infancia y Adopcion", que hizo en Barcelona, nada menos que en el año 1997, Jordi tormé, un médico psicoanalista invitado por ADDIA, una asociación que creo que actualmente ya no está activa.

Este artículo, personalmente, me parece excelente, pues aprovechando la incorporación en la escuela, habla de forma muy sencilla sobre aspectos tan complejos como "la experiencia del abandono " y "como tratar la cultura de origen", todo ello perfectamente envuelto en el halo de la tolerancia, la comprensión y el amor de nosotros, los padres, hacia nuestros hijos, para conseguir que crezcan como personas completas y "redondas".

Nos recuerda aspectos tan importantes como respetar a nuestros hijos, y hacer las cosas pensando en ellos, y no en nuestra necesidad personal, que muchas veces, sin darnos cuenta, nuestra condición de seres humanos nos lleva a ello.

Expresa opiniones sobre la adopción que están totalmente en línia con mi posicionamiento, y es por éso que lo recomiendo.

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La adaptación a la escuela

Fuente: Revista Infancia y Adopción, Número 1, Marzo 1997, Barcelona, España.

El inicio de la escolaridad, la entrada por primera vez en la escuela, fue definida por Jordi Torné como <<un conflicto vital que hemos de intentar resolver bien>>. Según el conferenciante, cuanto más pequeño es un niño, menos recursos tiene para poder afrontar satisfactoriamente este conflicto, debido a su edad, a su momento evolutivo, a la gran dependencia que aún tiene respecto a sus padres. <<En un niño, la noción del tiempo es muy diferente a la de un adulto. Los padres hemos de tener muy presente que un niño menor de tres años que empieza a ir a una escuela infantil ha de hacer un gran esfuerzo psíquico para poder soportar esta separación, siente miedo, está asustado, teme que no lo vuelvan a buscar>>. El temor de los niños al abandono es un temor universal que se refleja en muchos cuentos infantiles, la “experiencia” del abandono la sienten todos los niños (en el instante preciso en que una madre retira a su hijo del pecho y lo deja solo en la cuna, el niño empieza a experimentar el dolor de la separación) independientemente de que haya habido o no, un abandono real en su vida. Por ello es absolutamente imprescindible, según nuestro conferenciante, que desde el primer momento se le explique muy bien al niño lo que va a suceder, por pequeño que sea, ya que a partir del año ya lo entiende prácticamente todo. Hay que explicarle que lo vamos a dejar allí y que más tarde lo iremos a buscar, que le traeremos tal cosa, que lo vendrá a buscar fulanito, …, y naturalmente, cumplir lo que hemos dicho, para que vaya aprendiendo que puede confiar en nosotros. Así será como poco a poco se irá tranquilizando y adaptando.

Una adaptación personalizada

Es muy importante también, según Jordi Torné, que los horarios de adaptación (aumento paulatino de las horas de estancia en el centro) sean individuales,que se respete las características y necesidades de cada niño. Los comportamientos negativos (problemas con el sueño, con la alimentación, etc.) revelan la existencia de un problema que sobrepasa al niño. <<Crecer significa tener una cierta tolerancia al dolor psíquico, el crecimiento implica un esfuerzo, un trabajo, y el dolor que causa este esfuerzo es lo que complica la situación>> señaló al respecto Jordi Torné, <<tenemos que procurar que las dosis de este dolor psíquico, las renuncias que implica, sean tolerables para el niño. Se trata de darle el tiempo necesario, de apoyarlo, de respetarlo, de ser tolerantes, para que, poco a poco, sea capaz de afrontar la realidad>>. Tan negativa es, según el conferenciante,una adaptación demasiado rápida, como unos problemas de adaptación inacabables. En el primer caso significa que el niño se ha puesto una coraza y no ha afrontado, ni por lo tanto resuelto, realmente el problema, lo que dificulta de alguna manera su crecimiento a nivel psíquico y emocional. En el segundo caso, en problemas de adaptación al medio escolar que se alargan mucho más de 15 días, el niño pone de manifiesto su incapacidad madurativa para afrontar positivamente el conflicto. En estos casos es necesario que los padres observen al niño, el entorno, las conductas y reacciones de los adultos, incluidos ellos mismos. <<Que un niño necesite más tiempo para adaptarse no significa que pase nada malo, hay que darle el tiempo que necesita. Si el tiempo se alarga más de lo normal, significa que no estamos entendiendo ago de lo que le sucede al niño, la situación será finalmente negativa, si estamos demasiado tiempo sin entenderlo, sin saber ofrecer la ayuda que él necesita>>

Respecto a la elección de abuelos, parientes, canguros o escuela infantil, Jordi Torné fue categórico: <<Un niño, hasta los 4 ó 5 años, no aprende en la escuela nada que no pueda aprender en casa con los suyos>>. La calidad que ofrezca al niño cada una de estas alternativas ha de ser lo que decante nuestra elección. Hay abuelos que sienten ganas y tienen energía para responsabilizarse del cuidado de sus nietos, y otros que no. Hay canguros capaces de ofrecer todo el cariño y los estímulos que un niño necesita, y canguros que no. Hay escuelas infantiles que velan por el bienestar y la estimulación individual de cada niño, y escuelas que “aparcan” a los pequeños…

La experiencia del abandono

Uno de los temas centrales del debate posterior a la conferencia fue la repercusión que para un niño pequeño , que ha sido previamente abandonado e institucionalizado, puede tener el inicio de la escolarización.

Jordi Torné señaló, al respecto, que la primera adaptación que un niño de estas características tiene que hacer es la adaptación a sus nuevos padres. Y esta necesidad de adaptación, no solo de los hijos a los padres, sino también de los padres al hijo, se extiende a todos los casos, incluida la maternidad y paternidad biológicas. Y es una adaptación necesaria previa a cualquier otra.

El fantasma y el temor al abandono, presente en todos los niños y que se reaviva en el momento que empiezan a ir a la escuela, en el caso de los hijos adoptivos es más que un fantasma. <<Estos niños tienen la experiencia real de haber sido abandonados, para ellos es un hecho histórico, forma parte de su biografía, no es una fantasía como en los demás niños, sucedió>>. De ahí que en estos casos sea más importante que nunca , según Jordi torné, que expliquemos al niño que más tarde le iremos a buscar, dándole algún referente temporal que pueda entender quién irá a recogerlo, qué haremos después….. <<Esto le ayudará a elaborar aquella experiencia tan dolorosa y a ver que no se va a repetir>>.

La cultura de origen

A iniciativa del conferenciante se planteó también en el debate la tendencia de algunos padres adoptivos de mantener a sus hijos en contacto con su cultura de origen, asistiendo a fiestas y actos organizados por asociaciones de los diversos países de nacimiento de los niños. Según, Jordi torné, una cosa es que el niño conozca sus orígenes y se sienta orgulloso de ellos, por como sus padres le han ido explicando su historia, y otra cosa muy distinta es que, a iniciativa de los adultos, se fuerce de alguna manera a los niños a revivir continuamente temas que, en determinados momentos, pueden preferir y necesitar no remover. <<El hecho de que el niño, por propia iniciativa, quiera revivir, conocer sus orígenes, su pequeña historia, no es negativo, lo negativo es la insistencia, por parte de los adultos, para que el niño no pierda “sus orígenes”. Una cosa es que el niño quiera repasar su historia, mirar su álbum de fotos, de cuando papá y mamá lo fueron a buscar, preguntar por sus orígenes, por su diferencia, que quiera mantener todo ello vivo, con orgullo y con alegría… y otra cosa muy diferente es que los padres sientan que eso se debe mantener vivo. Una cosa es que los padres respeten el derecho del hijo a mantener viva su historia, a revivirla cada vez que el niño lo pida, algo absolutamente positivo puesto que da la oportunidad al hijo de hablar de todo ello y de ir elaborando todo aquel dolor, y otra cosa es que los padres se lo hagan revivir y recordar insistentemente desde fuera, no desde su propia necesidad interna>>.

Por último, también se planteó en el debate la actitud que los padres adoptivos deben mantener ante aquellos hijos que se niegan, de alguna manera, a hablar de sus orígenes, que no preguntan absolutamente nada, que no quieren hablar del tema. Jordi Torné señaló al respecto <<hay que saber respetar el momento personal de cada hijo, como padres hemos de aprender a ser tolerantes con la diversidad de individualidades de los hijos. El que uno de nuestros hijos no quiera hablar del tema no significa que necesite tratamiento psicológico, ni que esté bloqueado. Significa que, en estos momentos ése niño no está en condiciones de asumir su historia y que, por tanto, está aplazando el tema. Forzar a hablar de algo de lo que, por el momento, no quiere hablar es causarle dolor. Todos debemos aceptar nuestros propios orígenes, pero en el momento en que cada uno quiera, en que cada uno pueda>>.

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