Adopcion. La Espera.
Este artículo, un poco largo, está recogido de (http://www.jus.mendoza.gov.ar/informacion/novedades/MARTA_HERMOSILLA_VALENCIA.htm), y la autora, presuntamente una profesional de Argentina con experiencia en la evaluación de candidatos a padres adoptivos, nos explica las razones por las que se efectúa la seleción, así como los criterios básicos que se utilizan.
Nos comenta en el artículo que ya en el año 1947 , había profesionales que citaban cosas como que la adopción tiene que anteponer los intereses del niño a los de cualquier otra persona, y que el proceso de evaluación debía desarrollarse siempre de la forma más objetiva posible por el evaluador.
Nos habla de la importancia que tienen algunos aspectos como que la adopción sea una decisión conjunta de la pareja, o como el buen clima familiar y la confianza de la pareja son elementos primordiales a la hora de dar al niño unos vínculos que le permitan abordar el futuro con seguridad.
Hace una interesante reflexión sobre lo que llama el "duelo por la infertilidad", que refleja muy bien la situación por las que muchos padres adoptivos pasan antes de llegar a la adopción.
Nos recuerda la importancia que tiene para los padres adoptivos conocer lo que es la adopción, que aunque puede ser muy similar a la parentalidad biológica en algunos aspectos, no se trata en ningun caso de lo mismo, y es por tanto muy importante para los padres adoptivos reconocer que en la mayoría de los casos ellos no han sido hijos adoptados, y por tanto tienen que aprender nuevas situaciones y experiencias donde los profesionales pueden jugar un papel muy importante. Aprovecha para explicar la importancia que en algunos países tienen los talleres de padres adoptivos.
Finalmente, explica aquellos aspectos que cree básicos a la hora de decidir o no la idoneidad de una pareja : buena salud mental, una motivación adecuada, haber elaborado el duelo por infertilidad en caso de que haya sido uno de los motivos que haya llevado a la adopción, tener capacidad de amar y comprometerse afectivamente y tener unas buenas relaciones de pareja.
Leer este tipo de artículos le hacen a uno recuperar la confianza en el sistema y percatarse de su nivel de profesionalización, así como también darse cuenta de la enorme responsabilidad que cae sobre las personas que desarrollan los CI (Certificados de Idoneidad).
Un artículo similar escrito por una trabajadora social que ayuda también a comprender su importante labor : http://hoyelmejordia.blogspot.com/2006/07/adopcin-la-espera-adopcin.html
Otros enlaces : http://hoyelmejordia.blogspot.com/2006/07/adopcin-la-espera-adaptacin-futuros.html
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Selección de postulantes a padres adoptivos
Marta Hermosilla Valencia 2003
Por qué se selecciona.?
Es preciso asegurar al niño las condiciones óptimas para su desarrollo integral. Los conocimientos obtenidos a partir de los tratamientos psicoterapéuticos y los estudios experimentales sobre éxito y fracaso de la adopción, permiten delimitar ciertas variables que estarían relacionadas con problemáticas en la vida de los hijos adoptados.
Ello hace que el seleccionar los padres sea una obligación moral para quienes participan en las decisiones sobre el destino de un niño.
El que el niño adoptivo sea un niño vulnerable, que la adopción deba ser reparatoria del abandono sufrido y la deprivación socio-cultural a que han estado sujetos una gran mayoría de los hijos adoptivos antes de ser recibidos por sus familias, constituye una tarea adicional a las de la parentalidad biológica.
Los padres adoptivos, para que la adopción sea exitosa, deben realizar bien algunas tareas que no competen a los padres biológicos, como es la revelación, ello implica una cierta apertura hacia conocer de la adopción y el reconocimiento de las diferencias entre ambas parentalidades.
Además, en la actualidad en nuestro país y en muchos otros, hay más postulantes a recibir un niño en adopción, que niños, por lo que ello aumenta la obligación de entregarlo a un hogar verdaderamente nutricio.
La mujer que entrega un hijo en adopción no lo hace tan solo para desembarazarse de él, sino que también, y ésta es la idea que la ayuda a enfrentar posteriormente el dolor de haberlo abandonado, lo ha hecho pensando en el bienestar del hijo, tanto en lo económico como en lo ambiental y afectivo. Y este es un mandato que obliga a todas las instancias que tienen relación con la entrega de un niño, a asegurarse de que el hogar a que él vaya pueda proporcionarle todo lo que él necesita para su buen desarrollo.
Bytner et al (1972) plantean que el punto de partida para evaluar es el dejar de lado los sistemas de valores de los individuos. Ello obliga a los evaluadores a tener bien claros sus valores y prejuicios.
Michaels (1947) plantea que el trabajo de los evaluadores debe tener como meta las necesidades de los niños y no las de las familias, ocasionalmente puede ser necesario elegir entre una posible injusticia a una familia y una posible injusticia a un niño.
Agrega que es necesario seleccionar familias que no agregarán riesgos a los riesgos impredecibles que aporta la vida, debido a su rigidez, a su falta de calidez, o por su deseo de tener un niño que cumpla sus propias necesidades neuróticas o facilitar la relación conyugal. Ella plantea que la meta es seleccionar parejas que tienen un matrimonio mutuamente satisfactorio, y que son lo suficientemente maduros para que el niño no entre a una situación competitiva con uno de los padres por el amor y la atención del otro.
¿Cómo debe hacerse la selección?
Lo esencial es que se realice en un contexto de mucho respeto hacia los postulantes, el que se trabaje a favor del niño, no autoriza a los profesionales a introducirse en forma violenta en la intimidad de una pareja o de una persona. El contexto debe ser de comprensión y de ayuda, si es necesario, hacia los postulantes.
Hay diversas maneras de realizar evaluaciones y una de las más valiosas es la auto evaluación, que se realiza muchas veces a partir de talleres de postulantes, donde la dinámica misma del taller, permite a las parejas darse cuenta si están o no preparados en este momento, para recibir a un hijo adoptivo.
¿Quien debe realizar la evaluación?
Idealmente debiera efectuarla un equipo disciplinario, formado por abogado, médico pediatra, psicólogo y trabajador social, que pudiera discutir los aspectos de cada especialidad, para llegar a una decisión conjunta teniendo siempre a la vista, que el objetivo de la adopción es que sea la mejor alternativa para ese niño en particular, y no otros intereses. Muchas veces esto no es posible, y son el psicólogo y asistente social quienes la realizan.
La situación de evaluación moviliza afectos por parte del evaluador, quien puede verse influido por su particular transferencia hacia los evaluados.
Si el evaluador es miembro de un triángulo adoptivo, como padre, hijo o ha entregado un niño en adopción, requiere de una elaboración de sus propios sentimientos y creencias sobre la adopción, y debe examinar muy cuidadosamente tanto las transferencias positivas como las negativas, que pueda sentir.
Es importantísimo que todas las personas que tomen decisiones en cuanto a entregar o no un niño a una pareja, tengan el conocimiento más acabado posible de lo que implica la adopción como fenómeno psicológico.
Actualmente SENAME, la institución que rige y dirige las adopciones en Chile, solicita que las evaluaciones psicológicas y sociales, sean hechas por profesionales con conocimientos sobre la adopción.
¿Que se debe evaluar?
El cumplimiento de los requisitos legales.
Esto debe efectuarse en primer lugar, ya que el que no se cumplan, puede implicar un problema posterior para el niño, por ejemplo, una pareja puede ser muy adecuada, pero le falta un tiempo para cumplir con el requisito de años de matrimonio que la ley pide, se encariñan con él, son buenos padres, y antes de que lo adopten legalmente, mueren en un accidente, éste niño se queda sin filiación, sin herencia, sin derecho a nada.
En general, los requisitos legales se refieren a
- Edad
- Años de matrimonio
- Autorización de herederos legales, si existen, en el caso de personas solas
En la mayoría de los países, se exige el matrimonio para que una pareja opte a la adopción, en otros, como Panamá, por ejemplo, pueden adoptar parejas convivientes.
Variables sociales y psicológicas.
Estabilidad laboral. Si los padres, al recibir los hijos, están muy tensos por problemas laborales, mal podrán tener la calma y dedicación que los hijos requieren, tan especialmente en los primeros momentos de su llegada al hogar.
Situación económica. No se requiere, para ser padre adoptivo, el tener una excelente situación económica, pero la familia que desea recibir un hijo, debe tener un nivel económico que le permita la cobertura cómoda de sus necesidades básicas (de vivienda, salud, alimentación y educación), ya que la deficiencia de lo básico es un handicap para un buen desarrollo integral del individuo.
La conformación de la familia. Es necesario conocer la conformación de la actual familia, cuántas personas la integran, si hay otros hijos, adoptivos o biológicos, cuya opinión debe ser tomada en cuenta para decidir la entrega de un niño. También es importante saber si hay enfermedades u otros problemas que afecten práctica o psicológicamente a los postulantes. Conocer como funciona el hogar, y los sistemas de normas que lo rigen. Saber qué otras personas viven en la casa, su relación con los padres e hijos y sus características. Es importante evaluar como son los límites de la familia con el mundo exterior, ya que si son muy sueltos, hay peligro de alienación, si son muy rígidos, existe el peligro de no aceptación del hijo adoptivo. En cambio si son flexibles, generan capacidad de aceptar a otros diferentes.
Cuidado del niño. Es importante saber quien cuidará del niño, si la madre trabaja. No hay que olvidar que un niño adoptado es un niño que ha vivenciado al menos un abandono y que requiere formar un vínculo afectivo con sus padres y en especial con la madre. La formación del vínculo necesita tiempo y un estado emocional positivo
Estilo de vida. Es importante conocer cuales son las diversiones, gustos, el grado de sociabilidad de la familia.
Redes sociales. Las redes sociales son muy importantes, pues en cualquier momento, la pareja puede requerir ayuda de otros, en casos de enfermedad, etc. Si las redes existentes son firmes, son una garantía para el futuro del hijo, ya que incluso si los padres murieran, podría haber un apoyo fuerte.
Inserción de la familia en la comunidad. Una pareja inserta en la comunidad, con intereses, amistades y capacidad de pasarlo bien, ofrece a sus hijos la oportunidad de vincularse a grupos más extensos, abriendo sus perspectivas y posibilidades de desarrollo.
La pareja.
Temores frente a la adopción. Es natural y lógico que las parejas tengan temores ante lo que implica recibir un hijo a través de la adopción. Es un elemento que habla bien de ellos, porque implica sensibilidad al tema y sentido de autocrítica generalmente, junto con su capacidad de aceptar que hay diferencias entre ambas parentalidades.
Estabilidad como pareja. Ello es básico para el buen desarrollo del hijo, el que debe llegar a un hogar donde los padres sientan amor y respeto, el uno por el otro y se hayan consolidado como pareja. Es importante detectar cuando hay conflictos, los que generalmente son negados y solo se perciben en las conductas no verbales y en los tests proyectivos de personalidad.
Es necesario saber si ha habido matrimonios previos y la causa por la cual han terminado. Estudios en Estados Unidos han encontrado una relación lineal entre fracasos en la adopción y el hecho que ambos padres hayan tenido matrimonios previos.
Calidad de la relación. Hay parejas muy estables, pero la calidad de la relación y de la convivencia no es buena.
Motivación. Es una variable que es preciso evaluar en la pareja y en cada uno de los postulantes. Hay muchas motivaciones que no son positivas. Entre ellas el pensar que un hijo es lo que requieren para mejorar la relación de pareja, el reemplazar a un hijo muerto, el hacer un bien a la sociedad, el sindrome del nido vacío, etc
Decisión conjunta de adoptar. Para que los padres puedan asumir bien las diferentes tareas que implica la parentalidad adoptiva,. Es importante que ambos deseen la adopción. Es muy común que sea uno, generalmente la mujer quien primero piensa en adoptar y poco a poco el otro va aceptando la idea. Pero, en el momento en que van a recibir al hijo, es necesario que la aceptación sea real y de ambos.
Preferencias por el hijo. Al explicitar los postulantes sus preferencias en cuanto a sexo, edad y características del hijo, se puede apreciar en parte sus valores y prejuicios. La forma como se plantean y justifican las preferencias es un elemento clínico importante.
Los individuos.
Estabilidad y madurez emocional. Es sabido que la inmadurez emocional de los padres es causa de conflictos y patología en los hijos y dificulta su desarrollo integral. Las tareas que implica el ser padres adoptivos, exigen que ellos hayan logrado estabilidad emocional.
Capacidad de amar. Nadie puede formar buenos vínculos con los hijos si no tiene capacidad de amar.
Descarte de patologías. Toda psicopatología atenta contra la salud mental de los hijos. La necesidad de realizar este descarte, obliga a la utilización de tests de personalidad.
Motivación hacia la adopción y elaboración del duelo por la infertilidad. . Lo que en la mayoría de los casos gatilla la decisión de adoptar es la infertilidad de la pareja, y la mejor de las motivaciones es simplemente querer ser padres. La infertilidad constituye un duelo, es una herida al amor propio, es la negación de algo que todo ser humano considera como un derecho. Esta herida, que llamamos narcisista, como todo duelo en la vida, requiere de ser elaborado.
Es muy comun que las personas que quieran adoptar procedan de dos maneras:
a) Decidiendo adoptar tan pronto saben que no pueden tener hijos, negando toda diferencia entre la parentalidad adoptiva y la biológica, entusiasmándose con la idea del hijo y no dándose el espacio necesario para el duelo, o
b) Enojándose, sufriendo, y llegando poco a poco en el tiempo a una aceptación de su realidad y a la idea de la adopción.
Este último camino ha probado ser el más adecuando para acceder exitosamente a la parentalidad adoptiva. Hay abundante literatura que muestra que el no haber vivido el duelo por la infertilidad, crea problemas de importancia en la adolescencia de los hijos.
Adecuada imagen parental (el hombre del padre y la mujer de su madre). Aunque no lo queramos, las imágenes introyectadas de los padres van a regir en parte la relación de los nuevos padres con sus hijos.
Otras evaluaciones.
Algunos países solicitan informes y recomendaciones de personas con cargos en la comunidad, que conocen a los postulantes, por ejemplo, curas párrocos, etc.
Impedimentos.
Hay ciertamente algunos factores que pueden considerarse como impedimentos definitivos para la adopción, y otros elementos que pueden hacer momentáneamente deseable que la persona o la pareja postergue su decisión de adoptar y trabaje en un cambio que puede ser a nivel individual, o de pareja.
Sin pretender considerar todas las situaciones, se considera
Impedimentos definitivos.
Enfermedades mentales de mal pronóstico como esquizofrenia, patología borderline y otras psicosis.
Enfermedades degerativas de corto plazo, por ej. un cáncer terminal, ya que implicarían un nuevo abandono.
Claros rasgos psicopáticos. Perversiones.
Impedimentos no definitivos.
a) Neurosis de buen pronóstico,
b) Problemas laborales (inestabilidad).
c) Alcoholismo.
d) Motivaciones inadecuadas.
e) Mala relación de pareja.
f) Falta de capacidad de entrega-amor.
g) No elaboración de la infertilidad.
h) Que la decisión de adoptar no sea compartida por la pareja.
Las personas con impedimentos no definitivos, deberían someterse a terapia y/o preparación con expertos para obtener un cambio de actitudes que les permitan asumir la parentalidad adoptiva con mayores posibilidades de éxito.
La formación de los padres.
Al partir de la base que la aceptación del hecho que la parentalidad adoptiva es diferente de la biológica es básica para el desarrollo de una buena relación hijos-padres adoptivos y para la salud mental del niño, está claro que los padres adoptivos no tienen modelos naturales para su parentalidad, por lo que deben obtenerlos de la experiencia de otros y de los profesionales especializados en el tema. Por lo tanto es necesario diseñar formas de llevar a los futuros padres adoptivos y a quienes ya lo son, el acervo de conocimiento que se ha acumulado en el tema. En la actualidad, en muchos países y también en el nuestro, se realizan constantemente talleres de padres adoptivos y en otros países existen agrupaciones de padres adoptivos que sirven de auto ayuda.
La formación de los padres es un proceso y una asesoría que debe persistir a lo largo del desarrollo de los hijos, idealmente hasta la adolescencia, período difícil para los hijos y para los padres, donde el poder compartir la experiencia vivida, es de fundamental ayuda.
Resumiendo, podemos plantear que las variables de mayor importancia para una buena parentalidad adoptiva, cuyo déficit ha demostrado ser excesivamente negativo para un buen desarrollo de las relaciones entre padres e hijos son:
Salud mental y emocional de los postulantes
Adecuada motivación
Haber elaborado el duelo por la infertilidad.
Capacidad de amar y de comprometerse afectivamente y
Buenas relaciones de pareja.
Ello es el terreno bien abonado para que el niño recobre el espacio matricial que le es negado cuando ha sufrido un abandono.
Bibliografía.
Bytner, C.J.; Griffin, L.S., Jenkins, W,.W. y Ray, E.O. (1972) "A positive approach in evaluating potential adoptive families and children". Child Welfare, Vol.1 Nº 6, June .
Hartman, A. (1979) "Finding families: An ecological approach to famikly assessment in Adoption. Sage Publications, Beverly Hills/London.
Maas, H.S. (1960). "The successful adoptive parent applicant" J. of Social Work
Michaels, R. (1947) "Casework consideracions in rejecting the Adoption Applicant". J. of Social Casework, Vol 28 Nº 10, pp.370-376.